DOMINGOS de INVIERNO
(Al Atardecer)
Domingos de invierno,
que se respiran en la fría y melancólica,
en la espesa tristeza del atardecer.
Amantes deseándose apresurados,
ocultos en la penumbra de algún secreto lugar,
tramando una nueva mentira,
para poder volverse a encontrar.
Viejos amores que jamás se olvidarán,
que regresan sigilosos
resbalando entre las gotas del cristal,
invadiendo sin aviso, sin permiso,
esa nostalgia que en el alma no se puede controlar.
Otros, amores inocentes, juveniles,
tomándose de las manos,
ilusionando en sus miradas un camino de eternidad,
un futuro juntos por transitar.
Sombras regresando a la tristeza,
al opaco silencio de un solitario hogar.
Abuelos despidiendo nietos y recuerdos,
esperando esas presencias y alegrías
que el próximo domingo,
los revivirán.
La angustia de otro lunes que ya anuncia su despertar.
De otra vez a comenzar, al ajetreo y la rutina,
a los compromisos, a la responsabilidad.
A la vida que esperará por otro domingo más.
A la vida que jugará en las plazas llenas de niños,
bajo un abrigado sol, o esa aciaga garúa
de otro domingo más,
para volverse a encontrar, a ilusionar,
para volver a soñar.
Otro domingo de invierno que se va…
Que se respira en la fría y nostálgica,
en la espesa tristeza del atardecer…
De otro domingo de invierno más…
Ignatius Bor.