Un Amigo Imaginario
(Carta a SANDRO)
En esta carta tratare de ponerme en su lugar y reflejar toda la angustia, el dolor y el amor que percibí sobre todo en la gente común, la que más allá de haber sido su público y haberlo considerado su ídolo, sintió que no fue para ellos la partida de un artista argentino más, sino la del amigo o pariente al que ya nadie podrá reemplazar.
Nunca pensé que alguien podría ser tan querido.
Nunca vi tanto reconocimiento, respeto y admiración hacia un artista, de sus propios pares, como el que le dispensaron y aun le dispensan a él. No solo en la Argentina sino en toda Latinoamérica y algunos países de Europa.
Incluso de aquellos que no gustaron de su música y su estilo, también se supo ganar el respeto, pero como persona!!
Uno escribe lo que recibe de los demás, pero también un poco de lo que siente. Y yo siento que se nos fue a todos un ser querido, un pedazo de nuestra propia historia.
Buenos Aires 06 de Enero de 2010.
Cuando se iniciaba mi adolescencia SANDRO ya era un ídolo indiscutido que tenía aproximadamente 25 años.
Con esto quiero decir que como una gran cantidad de hombres y mujeres, mayores y menores que yo, nos formamos con sus canciones y su ejemplo de persona. Y si bien nunca tuve, ni creí en los Ídolos, Sandro fue lo más cercano a eso que por lo menos sentí.
Fue para mí como para millones de hombres de distintas generaciones, ese amigo imaginario que El nunca conoció.
Como ese hermano que nunca nos defrauda y del que siempre nos sentimos orgullosos.
Con el que compartíamos secretos de amor, noches de amigos, clubes, boliches, insomnios, sueños y hasta ilusiones.
Sandro trasciende más allá de las fronteras, edades, religiones, signos políticos e ideologías.
Era tal su honradez que “nunca acepto un sponsor en su carrera”, porque decía que al público no se le podía cobrar dos veces la misma entrada. Pero nunca permitió que en sus recitales o presentaciones faltara la Bandera Argentina, ni aun en los Estados Unidos!!
Sandro fue un ejemplo de respeto, responsabilidad, humildad, persona, conducta, educación, caballerosidad, solidaridad, honestidad, fe, en fin, podría llenar más espacios con adjetivos a su favor, algunos ya en desuso u olvidados, sobre todo por la clase dirigente.
En cambio Sandro a pesar de lo grande que fue, simplemente se dedicó a ser eso, el Muchacho de Barrio, nuestro Gitano.
El que lejos de negar sus orígenes, hacia saber que se sentía orgulloso del lugar del que provenía. El que en desventaja, le peleo a la muerte con el coraje con el que solo los verdaderos valientes lo pueden hacer.
A la gente no le dieron el día, no le ofrecieron dinero, ni los llevaron en trenes ni micros. No los presionaron a quererlo. Pero la gente igual se hizo presente en su despedida. “Porque Sandro fue y es la gente”.
Sandro no admitirá comparaciones, fue indiscutiblemente el más Grande, el Único.
Fue lo que solo los verdaderos maestros pueden lograr, fue profeta en su tierra.
Porque el amor reciproco e infinito, no se planifica, no tiene precio ni dueños.
Se hará difícil para muchos aceptar que nunca más van a estar expectante por saber que es de su vida, de leer un diario esperando encontrar una noticia suya, que ya no habrá otra oportunidad de volver a verlo en un recital, de disfrutar de uno de esos reportajes en los que te hacía pensar, reír, emocionar.
Que ya se fue….
Tengo un nudo en la garganta y una profunda angustia que no se puede controlar. Y es que nunca nos preparó para su adiós. Creímos que era Inmortal. Que una vez más, como tantas otras, saldría adelante y estría Volviendo a casa.
Que una vez más Volvería a ocupar su lugar.
Y de golpe, Querido corazón, quedamos solos, y debemos comprender que La juventud se va, y que nos pusimos viejos.
Tal vez por esto, de aquí en más, seremos como El hombre que perdió sus ilusiones.
Dicen que a pesar que Existe una razón, no debemos recordarlo con Penas, sino Así, como vivió, con un gran humor. Que no debemos llorarlo porque se ha ido a la eternidad, sino recordarlo como a la misma felicidad, ya que como Él decía, al final, La vida sigue igual.
El Gitano no será Fácil de olvidar, es más, aunque la realidad es solo una verdad y La vida continua, mientras estemos vivos, no lo dejaremos de amar.
Y en el fondo lo seguiremos Esperando convencidos que un día volverá, con el verano ardiéndole en la piel, para entregarnos, todas las flores, todos los sueños y un amanecer!!!
Y que de aquí en más, igual seguiremos juntos…Corazón a corazón.
Nunca pensé que se podía querer tanto a alguien que no se conoce. Que se lo podía extrañar de esta manera. Que se podía sentir este dolor.
Estoy muy triste por su partida, que entiendo es un poco la de cada uno de los que tanto lo hemos querido. Pero estoy muy orgulloso de no haberme equivocado nunca en admirarlo y respetarlo durante toda mi vida.
Ahora que logre escribirle, se va desatando el nudo de la garganta. Solo me queda la angustia, y una nostalgia dulce que vino para quedarse.
Solo me resta pedirles perdón a mis hijas por haberles transmitido este sentimiento que hoy también las hace sufrir. Y a Dios, si realmente existe y sabe porque hace las cosas, para que lo alivie y lo cuide mucho.
Y a Él, decirle gracias. Gracias Sandro, Gitano, Muchacho, Roberto, por haber existido y habernos bridado tanta felicidad.
Un amigo imaginario.
(Ignatius Bor)